Logos: Yave tercera parte (8va parte)


Mas muertes

Personas asesinadas por Dios en la Biblia (tabla con la lista completa y la estimación total)
¿Cuantas personas han sido asesinadas por dios Yave? Eso es lo que nos mostrará la siguiente tabla.
La tabla esta dividida en cuatro columnas:

Eventos bíblicos: el nombre de los sucesos acontecidos.
Referencia de las escrituras: Los versículos que relatan el suceso.
Número bíblico: El número de asesinatos dados en la biblia.
Número estimado: El número estimado de asesinados realmente.
Eventos bíblicos Referencia de las Escrituras Número bíblico Número estimado (no exacto)

1 El diluvio Universal Gen 7:23 - 20.000.000
2 Sodoma y Gomorra Gen 19:24 - 2.000
3 La mujer de Lot por mirar atrás Gen 19:26 1 1
4 Er por ser malo ante los ojos del Señor Gen 38:7 1 1
5 Onán por derramar su semilla Gen 38:10 1 1
6 Séptimo año de Dios, el hambre en todo el mundo Gen 41:25-54 - 70.000
7 La séptima plaga de Egipto: Dios no salva nada. Ex 9:25 - 300.000
8 Dios mata a todos los niños primogénitos de Egipto Ex 12:29-30 - 1.000.000
9 Dios ahogó al ejército egipcio Ex 14:8-26 - 5.000
10 Amalecitas Ex 17:13 - 1.000
11 ¿Quién está del lado del Señor? Ex 32:27-28 3.000 3.000
12 Dios hirió al pueblo, a causa del becerro de Aarón Ex 32:35 1.000 1.000
13 Dios quema a los hijos de Aarón hasta la muerte Lev 10:1-3 2 2
14 Un blasfemo es apedreado Lev 24:10-23 1 1
15 Dios los quema a muerte por quejarse Num 11:01 - 100
16 Dios hirió al pueblo por quejarse de la comida Num 11:33 - 10.000
17 Diez exploradores son asesinados por dar honestamente su informe Núm. 14:35-36 10 10
18 Una hombre es asesinado por recoger madera el día de reposo Núm. 15:32-35 1 1
19 Los enemigos son enterrado vivos (junto con sus familias) Num 16:27 3 9
20 Quemados a muerte por quemar incienso Num 16:35 250 250
21 Asesinados por quejarse de Dios Num 16:49 14.700 14.700
22 La masacre de los Araditas Num 21:1-3 - 3.000
23 Dios envió serpientes para morder a la gente por quejarse Num 21:6 - 100
24 Estás en buenas manos con Moisés Núm. 21:34-35 - 2.000
25 Una matanza para acabar con todos los asesinados Num 25:1-11 24.002 24.002
26 ¿Ha guardado las mujeres? Num 31:1-35 - 200.000
27 Dios mata poco a poco al ejército israelita Dt 2:14-16 - 500.000
28 Dios el gran asesino Dt 2:21-22 - 5.000
29 Dios “endurece el corazón” del rey Sehón para así poder matar a su pueblo (como hizo con Faraón para poder mandar las plagas sobre Egipto) Dt 2:3o-35 - 3.000
30 La masacre de 60 ciudades Dt 3:3-6 - 60.000
31 La masacre de Jericó Jos 6:21 - 1.000
32 Acán y su familia son apedreados y quemados a muerte Jos 7:10-12, 24-26 1 5
33 La masacre de Ai Jos 8:1-25 12.001 12.001
34 Dios detiene el sol para que Josué pueda matar a la luz del día Jos 10:10-11 - 5.000
35 Cinco reyes muertos y colgados en los árboles Jos 10:26 5 10.005
36 Como Dios ordenó, Josué destruye totalmente todo lo que respira Jos 10:28-42 7 7.007
37 No quedó nadie ni nada respirando Jos 11:8-12 20 20.020
38 Matando más gigantes Jos 11:20-21 - 5.000
39 El Señor entregó a los cananeos y los ferezeos Jg 01:04 10.000 10.000
40 La masacre de Jerusalén Jg 01:08 - 1.000
41 Cinco masacres (Hebron, Debir, Sefat, Gaza y Jerusalem) una boda, y algunos carros de hierro a prueba de Dios Jg 1:9-25 - 5.000
42 El Señor entregó Chushanrishathaim Jg 3:7-10 - 1.000
43 Ehud entrega un mensaje de Dios Jg 3:15-22 1 1
44 Dios entrega 10.000 moabitas lujuriosos Jg 3:28-29 10.000 10.000
45 Barak y la masacre de los cananeos con la ayuda de Dios Jg 4:15-16 - 1.000
46 Jael introduce una estaca a través del cráneo de un hombre dormido Jg 4:18-22 1 1
47 El Señor puso la espada de cada uno contra su compañero Jg 7:22 120.000 120.000
48 Una ciudad es masacrada y 1000 hombres y mujeres son quemados a muerte por el “espíritu malo” de Dios Jg 9:23-57 1.001 2.001
49 La Masacre de los amonitas Jg 11:32-33 - 20.000
50 La hija de Jefté Jg 11:39 1 1
51 Sansón asesino 30 hombres por su ropa Jg 14:19 30 30
52 Sansón mata a 1000 hombres con la quijada de un asno Jg 15:14-15 1.000 1.000
53 Sansón mata a 3000 en un ataque suicida terrorista Jg 16:27-30 3.000 3.000
54 Civiles en una guerra santa (corto a su concubina, anteriormente asesinada, en pedazos y la esparció para provocar la guerra) Jg 20:5-37 25.100+1 25.100+1
55 Dios mata a los hijos de Eli 1Samuel 2:25,1Samuel 4:11 2 2
56 Dios los hirió con hemorroides en sus partes intimas 1Samuel 5:1-12 - 3.000
57 Dios mató a 50.070 por mirar en el arca del Señor (de el mismo) 1Samuel 6:19 50.070 50.070
58 El Señor lanzó un gran trueno sobre los filisteos 1Samuel 7:10-11 - 1.000
59 Otra masacre de amonitas (y otro mensaje – parte inspirado por Dios) 1Samuel 7:11-13 - 1.000
60 Otra masacre más a manos de Jonathan (sin contar la anterior) 1Samuel 14:12-14 20 20
61 Dios fuerza a los filisteos a matarse entre sí 1Samuel 14:20 - 1.000
62 Otra masacre amalecita 1Samuel 15:2-3 - 10.000
63 Samuel mata a hachazos a Agag delante del Señor 1Samuel 15:32-33 1 1
64 El Señor dijo a David: Ve, y hiere a los filisteos 1Samuel 23:2-5 - 10.000
65 Dios mató a Nabal (y David recibió su esposa y otras cosas) 1Samuel 25:38 1 1
66 David pasa el día matando amalecitas 1Samuel 30:17 - 1.000
67 Dios mata a Saúl, sus hijos, y sus hombres, porque Saúl no mató a todos los amalecitas 1Samuel 31:2,1Chr 10:06 4 100
68 Dios ayuda a David a herir a los filisteos desde la parte delantera y trasera 2Sam 5:19-25 - 2.000
69 Dios mató a Uza por tratar de evitar la caida del arca 2Sam 6:6-7,1Chr 13:9-10 1 1
70 Dios mata lentamente a un bebé 2Sam 12:14-18 1 1
71 El hambre y sacrificios humanos 2Sam 21:1-9 7 3.007
72 Doscientos mil mueren por un censo que David ténia que hacer 2Sam 24:15,1Chr 21:14 70.000 200.000
73 La historia de dos profetas 1Kg 13:11-24 1 1
74 Dios mata a otro niño 1Kg 14:17 1 1
75 Dios mata a una familia 1Kg 15:29 - 10
76 Dios mata a otra familia 1Kg 16:11-12 - 20
77 La primera masacre de Dios con ayuda de los sirios 1Kg 20:20-21 - 10.000
78 Dios mató a 100.000 sirios por llamar a Dios “Dios de los montes” y no “Dios de los valles”. 1Kg 20:28-29 100.000 100.000
79 Dios mató a 27.000 sirios, haciendo caer un muro sobre ellos 1Kg 20:30 27.000 27.000
80 Dios envió a un león para matar a un hombre por no golpear a un profeta 1Kg 20:35-36 1 1
81 Dios mata a Acab por no matar a un rey capturado 1Kg 20:42,22:35 1 1
82 Dios mató a 102 hombres por preguntar a Elías al bajar de su colina 2Kg 1:10-12 102 102
83 Dios mató al rey Ocozías por pedir ayuda al Dios equivocado 2Kg 1:16-17; 2Chr 22:7-9 1 1
84 Dios envió a dos osos a asesinar a 42 niños por burlarse de la cabeza calva de un profeta 2Kg 2:23-24 42 42
85 El Señor entregó a los moabitas 2Kg 3:18-25 - 5.000
86 Otra hambruna de siete años 2Kg 08:01 - 7.000
87 Joram de Israel 2Kg 9:24 1 1
88 Jezabel 2Kg 9:33-37 1 1
89 Setenta cabezas en dos montones 2Kg 10:6-10 70 70
90 La familia de Acab, su ciudad natal, los amigos, y los sacerdotes 2Kg 10:11 - 100
91 Jehú y su compañero matan al resto de la familia de Acab 2Kg 10:17 - 100
92 Dios envía a los leones a comer los que no le temen suficiente 2Kg 17:25-26 - 10
93 Un ángel mata a 185.000 soldados que dormían 2Kg 19:34, Is 37:36 185.000 185.000
94 Dios hizo que Senaquerib fuese asesinado por sus hijos 2Kg 19:37 1 1
95 Otra guerra “santa” 1Chr 5:18-22 - 50.000
96 Dios mató a medio millón de soldados israelitas 2Chr 13:17-18 500.000 500.000
97 Jeroboam 2Chr 13:20 1 1
98 Dios mató a un millón de etíopes 2Chr 14:9-14 1.000.000 1.000.000
99 Todo el mundo ayudó a destruir a otro 2Chr 20:22-25 - 30.000
100 Dios sacó las entrañas de Joram 2Chr 21:14-19 1 1
101 Los hijos de Joram 2Chr 22:01 - 3
102 Joás, los príncipes, y el ejército de Judá 2Chr 24:20-25 1 10.000
103 Dios destruye a Amasías 2Chr 25:15-27 1 Un 28
104 Dios castigó e hirió a Acaz con ayuda del rey de Siria 2Chr 28:1-5 - 10.000
105 Dios mató a 120.000 hombres valientes por reprenderlo 2Chr 28:6 120.000 120.000
106 Dios dejó a los israelitas en manos de los caldeos 2Chr 36:16-17 - 1.000
107 Dios y Satanás matan a los hijos de Job y sus esclavos Job 1:18-19 10 60
108 La esposa de Ezequiel Ezequiel 24:15-18 1 1
109 Ananías y Safira Hechos 5:1-10 2 2
110 Herodes Hechos 12:23 1 1
111 Jesús Rom 8:32,1 Pedro 1.18-20 1 1

de 2 millones a 24 millones el estimado

Levitico 20:9 Todo hombre que maldijere a su padre o a su madre, de cierto morirá; a su padre o a su madre maldijo; su sangre será sobre él.
10 Si un hombre cometiere adulterio con la mujer de su prójimo, el adúltero y la adúltera indefectiblemente serán muertos.
11 Cualquiera que yaciere con la mujer de su padre, la desnudez de su padre descubrió; ambos han de ser muertos; su sangre será sobre ellos.
12 Si alguno durmiere con su nuera, ambos han de morir; cometieron grave perversión; su sangre será sobre ellos.
13 Si alguno se ayuntare con varón como con mujer, abominación hicieron; ambos han de ser muertos; sobre ellos será su sangre.
14 El que tomare mujer y a la madre de ella, comete vileza; quemarán con fuego a él y a ellas, para que no haya vileza entre vosotros.

Deutoronomio 20:
20 y dirán a los ancianos de la ciudad: Este nuestro hijo es contumaz y rebelde, no obedece a nuestra voz; es glotón y borracho.
21 Entonces todos los hombres de su ciudad lo apedrearán, y morirá; así quitarás el mal de en medio de ti, y todo Israel oirá, y temerá.
22 Si alguno hubiere cometido algún crimen digno de muerte, y lo hiciereis morir, y lo colgareis en un madero,
23 no dejaréis que su cuerpo pase la noche sobre el madero; sin falta lo enterrarás el mismo día, porque maldito por Dios es el colgado; y no contaminarás tu tierra que Jehová tu Dios te da por heredad.
Josue 20:40
40 Hirió, pues, Josué toda la región de las montañas, del Neguev, de los llanos y de las laderas, y a todos sus reyes, sin dejar nada; todo lo que tenía vida lo mató

(¡Todo cuanto tenía aliento de vida fue destruido completamente!) (Pasado por la espada a todos), como Jehová Dios de Israel se lo había mandado.

Josue 10: 36
36 De Eglón, Josué y todo Israel se dirigieron a Hebrón, y la atacaron. 37 El ejército israelita tomó la ciudad y la pasó a filo de espada, de modo que nadie, ni el rey ni ninguno de los habitantes de la ciudad y de sus aldeas, escapó con vida. Y tal como sucedió en Eglón, Hebrón fue destruida completamente.

La mayor argumentación que existe hasta ahora ante estas masacres es que, sin leer a profundidad todo esto, alegan justificando a este dios:

"Sí pero Dios combatía a los pecadores y enemigos, por justicia lo hacía."

Pero este argumento quiere decir que Dios se adapta a la mentalidad y los procedimientos del hombre, castigando y haciendo justicia mediante los mismos medios del Hombre como si no tuviera otros procedimientos mejores y más limpios, literalmente.

Prácticamente se nos dice con esto que:

"Si existe criminales en la tierra, vayamos y seamos criminales.”

En dado caso no necesitaríamos, a Yave para ser asesinos, no estaríamos aprendiendo nada porque se seguiría haciendo las mismas cosas del mismo modo, una mentalidad asesina de venganza.
(``Mía es la venganza y la retribución; a su tiempo el pie de ellos resbalará, porque el día de su calamidad está cerca, ya se apresura lo que les está preparado. Deutoronomio 32:25)


Desmitificando a Yave:




Éxodo 20:7 No tomarás el nombre del SEÑOR tu Dios en vano

Aqui parte la razon por el cual los judíos no llamaban a Elohim por su nombre, porque la línea entre llamar a Dios y llamarlo sin razón es muy subjetiva, y para evitar cualquier infracción a este mandato mejor lo llamaban con adjetivos, nunca por su nombre, ya que decir su nombre es morir.

"El que blasfeme el nombre del Señor, ciertamente ha de morir” Levítico 24:16
Genesis 13:
21 descenderé ahora, y veré si han consumado su obra según el clamor que ha venido hasta mí; y si no, lo sabré.
22 Y se apartaron de allí los varones, y fueron hacia Sodoma; pero Abraham estaba aún delante de Jehová.

¿Dios necesita descender para saber lo que estaba pasando en la tierra? ¿No podía saber lo que pasaba abajo desde arriba? Una característica más humana que divina…

Contexto históricos


En Caballo de troya, el escritor JJ.Benitez explaya este asunto escribiendo (en conjunto con una documentación importante de militares norteamericanos según el escritor):


El «muestrario», en fin, era altamente ilustrativo. Éste era el panorama religioso de los gentiles. A esta caótica situación debería enfrentarse en su día el Hijo del Hombre. Un confuso «panorama» al que se sumaba, naturalmente, la «plantilla» de dioses romanos, griegos, egipcios, galos, beduinos, etc. Según nuestros cálculos -apoyados en el cómputo de Hesiodo en La teogonia-, cuando al Maestro apareció en la Tierra, sólo en la cuenca mediterránea, se adoraban ¡90 000 dioses!

Es posible que hoy, influido por el monoteísmo, el hipotético espectador de este diario no haya reparado en lo anómalo de un mundo con semejante proliferación de dioses. Pues bien, como digo, ésta era la terrible y cotidiana verdad que se encontró Jesús de Nazaret. Por un lado, sus propios paisanos –los judíos-, sirviendo y venerando a un Yavé distante, vengador y siempre vigilante.
Un Dios «negativo» del que se derivaron -directa o indirectamente 365 preceptos prohibitivos contra 248 positivos o afirmativos. Toda una «pesadilla» burocrática que convirtió a ese Dios en un «contable» y en un «inspector» tan frío como absurdo.

Por otro, los gentiles, esclavizados por ídolos de piedra, oro o hierro, a cual más tirano y caprichoso.
Curiosamente, con ninguno de ellos -incluido el sangriento Yavé- era posible el diálogo. Sólo el sumo sacerdote, una vez al año, estaba autorizado a penetrar en el «santo de los santos» e interrogar (?) al temido Dios del Sinaí. Por su parte, entre los paganos, sólo algunas, muy contadas, divinidades menores se hallaban capacitadas para escuchar y transmitir las súplicas de los pesimistas e infelices seres humanos. Y, dependiendo del azar y del humor de tales entidades, así discurría la vida de estos hombres y mujeres... para cada tribu cercana su Dios era el mas grande que el resto, no habia un Dios.

 Isrealitas: Yave
 Babilonia: Marduk
 Asirios: Ashur,

Primero decir que su Dios era el más grande que el resto, y luego decir que era el unico Dios. Y claramente por medio de las guerras yave (en realidad gracias a las victorias ganadas por los hebreos) se pudo imponer, su supuesto Amor con Espada y sangre.

Era necesario regresar a un viejo y ya comentado concepto judío: pecado =castigo divino = enfermedad.
En el fondo era tan simple como dramático.
Yavé era la clave para muchos. No exagero. El Dios del Sinaí, en buena medida, era el responsable de tanta miseria, marginación y error. Naturalmente, con el paso de los siglos, «otros» contribuyeron también a endurecer la ya lamentable situación.

«... Pero, si no me escuchareis, ni cumpliereis todos mis mandamientos, si despreciareis mis leyes y no hiciereis caso de mis juicios, dejando de hacer lo que tengo establecido, e invalidando mi pacto, ved aquí la manera con que yo también me portaré con vosotros: Os castigaré prontamente con hambre, y con un ardor que os abrasará los ojos, y consumirá vuestras vidas...» (Levítico XXVI, 14-16).
»En el Deuteronomio (28, 21-27) Yavé insiste: «Si no escuchas la voz del Señor..., entonces, el Señor traerá sobre ti mortandad... Te herirá de tisis y fiebre...,de acuerdo a lo promulgado por Yavé, la enfermedad es un castigo divino, consecuencia, ¡siempre!, de los pecados humanos. Si un judío se equivoca, si infringe la Ley, ese Dios vigilante y vengativo no perdona...
La salud ha sido, y sigue siendo, un patrimonio exclusivo de Yavé. La Biblia lo repite hasta la saciedad: «Yavé curó a Abimélej» (Génesis 20, 17). «Yo soy Yavé, tu sanador» (Éxodo 15, 26). «¡Ruégote, oh Dios, que los sanes ahora!» (Números 12, 13). Y así podríamos seguir hasta el
infinito...
»De hecho, como también sabes, los judíos no aceptan el título de médico. Sólo Dios es rofé. Ellos se contentan con una designación que no ofenda a ese «Señor». Se autoproclaman «auxiliadores» o «sanadores». Los otros médicos, los gentiles, son despreciables usurpadores. la salud, para este pueblo, depende directa y proporcionalmente del cumplimiento de la Ley. El problema, el gran problema, es que esa Ley es una diabólica tela de araña, imposible de memorizar. En consecuencia, según los rigoristas, siempre hay algo que se incumple. Esta demencial situación, como comprobarás en su momento, provoca dos realidades, a cual más absurda. Un hombre sano, para los judíos, es alguien puro, fiel cumplidor de los preceptos divinos. Esta suposición, en multitud de ocasiones, arrastra a rabinos, doctores de la Ley y demás castas principales a una presunción y engreimiento más que notables. Ahí tienes, sin ir más lejos, a los llamados «santos y separados», los fariseos... Dios, sencillamente, está con ellos.
«Con los enfermos, lisiados o locos, en cambio, ocurre lo contrario. Sus males
son la demostración palpable de que Yavé los ha abandonado. Y así seguirán hasta que no reconozcan sus faltas y se purifiquen. es Absurdo. Sí, pero real para la mentalidad de aquel tiempo. Y el concepto en cuestión, se halla tan arraigado en sus corazones que muy pocas de las enfermedades psiquiátricas o mentales disfrutan de nombre propio. Para el judío, sobre todo para el extremista, la demencia no es una patología.

Con los desequilibrados, el problema empeora. No solamente son pecadores.

Para colmo de desgracias, Yavé los castiga enviándoles un espíritu maligno, un ruah. Los locos, sencillamente, son poseídos. Es decir, doblemente infortunados.
Por eso encienden una lámpara durante el sábado: para que los ruah no se acerquen. Opinan que estos demonios son invisibles y que están en todas partes, siempre al servicio de Yavé.
los epilépticos, los autistas, los esquizofrénicos y, prácticamente, todos los que padecen trastornos mentales, de lenguaje, de audición, etc.

»Estos pobres infelices, además, como habrás intuido, no tienen derechos. Son impuros y contaminan, incluso, «a distancia».
-Yavé lo dejó claro en el Levítico (5, 3): «Si alguno, sin darse cuenta, toca a una persona impura, manchada con cualquier clase de impureza, cuando se entere se hace culpable.»
Y no queda ahí la cosa. Para Yavé (Levítico 21, 17-22), cualquier impedido o inválido está desautorizado para hacerse sacerdote. Escucha lo que dice ese «Dios»: «Ninguno de tus descendientes en cualquiera de sus generaciones que tenga un defecto corporal podrá acercarse a ofrecer la comida de su Dios: sea ciego, cojo, con una pierna o un brazo fracturados, jorobado, raquítico, enfermo de los ojos, con sarna o tina, o eunuco. Nadie con alguno de estos defectos puede ofrecer la comida de su Dios. Ninguno de los descendientes del sacerdote Aarón que tenga un defecto corporal se acercará a ofrecer la población en honor de Yavé. Tiene un defecto corporal: no puede acercarse a ofrecer la comida de su Dios.»

¿comprendes ahora la dificil situaciòn en la que estaba el maestro cuando anunciò aquella proclama diciendo:

"Jesús, les dijo: Id, y haced saber a Juan las cosas que oís y veis. Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio;" (Mateo 11:4,Lucas 7:22)
¿El Maestro un Sanador dònde solo Yave era el ùnico sanador?, y para colmo ¿ayudando e igualando a estos excluidos hacia ese Reino que solo estaban destinado para los Puros y santos que seguìan la Ley?
Simplemente, han heredado una situación creada por Yavé. Además, no olvides que el concepto «pecado = castigo divino = enfermedad» ha terminado convirtiéndose en un excelente negocio:Tal y como señala la Ley, la curación está en manos de los sacerdotes. Yavé sana a través de ellos. Yavé perdona los pecados por mediación de esas castas. ¿Qué significa esto? Beneficios.
Según la Ley, el número de preceptos negativos que «Dios» encomendó a Israel asciende a trescientos sesenta y cinco. ¿Quién es capaz de controlar semejante pesadilla? ¿Quién puede recordarlos en su totalidad? Los «pecados», por tanto, están en todas partes y se cometen, según Yavé, por los asuntos más nimios e inconcebibles:

«El judío no debe vestir con tejidos donde la lana y el algodón aparezcan
mezclados.» Eso, para Yavé, es «pecado»...
«El judío no debe dañar su barba» (!).
«El judío no debe apiadarse de los idólatras.»
«El judío no debe volver a morar en Egipto.»
«El judío no debe permitir que se le echen a perder los frutales.»
«El judío no debe consentir que la noche sorprenda al ahorcado.»
«El judío no debe dejar que el inmundo se acerque al Templo.»
«El judío no debe comer espigas ni trigo tostado.»
«El judío no debe arar con buey y asno juntos.»
«El judío no debe chismorrear...»
Todo un negocio, sí...

Una «sociedad limitada, «Yavé y compañía», que, como comprenderás, no vio con buenos ojos la «competencia» del Galileo...
Los sacerdotes se revolvieron como víboras. Sólo ellos tienen capacidad para sanar. Sólo ellos disfrutan de las prerrogativa de perdonar los pecados. Así lo dice Yavé.
Y aparece Jesús y rompe con lo establecido... Más que romper, desintegra. No olvides que el Galileo no es sacerdote. Legalmente no tiene derecho.

Si Yavé es el único rofé, el único «médico» y «sanador», y el único con potestad para redimir al hombre de sus pecados, ¿quién es este humilde carpintero de Nazaret que hace lo mismo? Si aceptaban sus prodigios tenían que admitir igualmente que Jesús se hallaba capacitado para perdonar los pecados. En otras palabras: el Hijo del Hombre era de origen divino.
Cuando las casi 5 000 familias hebreas exiliadas a Babilonia descubrieron que la idea «pecado = castigo divino = enfermedad» era algo tan viejo como arraigado entre sus conquistadores no tuvieron reparo alguno en hacerla suya.

Y de ahí, muy probablemente, nació el segundo concepto: «diablo = posesión».
Para los pueblos del Eufrates, locos y desequilibrados no eran otra cosa que individuos «tocados» por ziqa, el viento o soplo de los dioses. A la nítida y rotunda influencia babilónica se sumó igualmente la casi gemela creencia de los egipcios. Muchos de los conjuros, amuletos y actos mágicos que rodeaban las «sanaciones» (?) de los judíos procedían de Egipto. Los exorcistas hebreos -a quienes tendríamos oportunidad de conocer a lo largo de aquella nueva y apasionante aventura- bebieron, sin duda, en las no menos antiguas tradiciones del Nilo. Recuerdo, por ejemplo, las «recomendaciones» de uno de estos «expulsadores de demonios» a la familia de un pobre epiléptico. Para que el «poseído» recobrara la salud, amén de reconocer sus pecados, padre y madre debían raparse las cabezas. El peso de los cabellos se convertía entonces en oro. Sólo así -predicaba el astuto exorcistapodía ahuyentarse al espíritu inmundo. Pero la entrega de los dineros, claro está, no provocaba otra cosa que la ruina de los progenitores...

La «terapia», como otras muchas, procedía de Egipto.
También Roma dejaría su sello en las creencias judías sobre la enfermedad y, más concretamente, sobre la locura. A pesar del visceral odio hacia los invasores, los «auxiliadores» hebreos terminarían aceptando las ideas y «remedios» de los kittim. Uno de los que más influyó, sin duda, fue Celso, médico y enciclopedista, nacido en el 25 a. de C. y que ejerció entre el 14 y el 37 de nuestra era. Para él, como para el resto de la ciudadanía romana, enfermedades y desgracia eran lógicos castigos por desobedecer a los dioses o, simplemente, por no saber interpretar su voluntad. Personajes tan ilustrados como Plutarco o Cicerón lo manifiestan claramente en sus obras. Tanto en Nwna como en Leyes y sobre la naturaleza de los dioses, ambos expresan su convencimiento de que las fuerzas de la Naturaleza son removidas por el poder divino. La enfermedad, naturalmente, formaba parte de las caprichosas voluntades de los 30 000 dioses que los gobernaban. La filosofía, en el fondo, a pesar del monoteísmo de Israel, era la misma. El pobre mortal se equivocaba y los dioses o Yavé respondían puntual y fulminantemente, castigándolo con la enfermedad.

Los griegos:
Fue una lástima que, entre tanta influencia extranjera, los griegos, en cambio, no consiguieran «vender» sus acertados pronósticos al recalcitrante «pueblo elegido». A pesar de sus errores y primitivismo, hombres como Platón, Aristóteles, Frasístrato o Asclepiado, entre otros, supieron darle la vuelta al viejo concepto «pecado = castigo divino = enfermedad», redefiniéndolo con una idea más ajustada a la verdad: «la enfermedad era una pérdida del equilibrio natural». Sólo eso. Platón, cinco siglos antes de Cristo, al igual que el eminente Hipócrates, propiciaron un giro de 180" en las ancestrales creencias sobre el espíritu y, consecuentemente, sobre la enfermedad y la demencia.

Ambos plantearon algo revolucionario: el alma existía. Era racional e inmortal y residía en el cerebro. A partir de ahí, la interpretación de la locura, por ejemplo, fue más coherente. Los desequilibrios mentales fueron atribuidos a desajustes orgánicos, rechazándose de plano las pretendidas posesiones diabólicas y el «ajuste de cuentas» por parte de los iracundos dioses.
Aristóteles, discípulo de Platón, compartía la esencia de estos planteamientos, aunque difería en el «territorio» donde se asentaba la inteligencia. Para «el estagirita», muerto en el 322 a. de C., el alma descansaba en el corazón (el sensorium commune, donde memoria e imágenes se transforman en pensamientos). Poco después, un nieto de Aristóteles -Frasístrato- da un paso más. Examina las circunvoluciones del cerebro humano y deduce que la inteligencia depende de esos misteriosos y sinuosos recorridos.

«Ahí -asegura- tiene que estar el secreto de algunas enfermedades.»
Asclepiado, por su parte, va más allá. Y se atreve a distinguir entre «locura febril» y «locura fría». Para el griego, ambas, como el resto de las dolencias, dependían del tamaño y movimiento de los átomos, auténticos integradores de la materia humana. Dichos átomos «anidaban» en unos vacíos que denominaba poros. El cierre o alteración de tales poros provocaba, en definitiva, el quebranto de la salud, sólo recuperable con el restablecimiento del orden

atómico. Estas sugerentes proposiciones, sin embargo, repugnaron a la teología judía.
Si Yavé no era el justiciero administrador de las enfermedades» y si todo dependía de «átomo» o «desajustes orgánicos», ¿qué hacían con las categóricas afirmaciones contenidas en la Biblia?
El «negocio» de los sacerdotes, además, según las hipótesis griegas, era fraudulento.
Y rabinos y doctores de la Ley se rasgaron las vestiduras.

¿Desplazar a Yavé en beneficio del raciocinio?
Ni pensarlo...

¿Revisar la próspera secuencia «pecado = castigo divino - enfermedad»?
Ni soñarlo...

¿Renunciar a la prestigiosa prerrogativa de perdonar las culpas a los míseros mortales?
Nada de eso...

Y la saludable filosofía griega fue condenada por sacrílega..., e inoportuna.
«Yavé» era intocable. Y continuó alimentándose de citas bíblicas, conjuros, posesiones demoníacas y con el fructífero monopolio de la curación «previo pago».
Un «monopolio» que sería duramente cuestionado por un nuevo y magnífico
«Ab-ba»: Cuestionado por el Hijo del Hombre.
Injusto:

«Y arrojaré a unos contra los otros , y no tendré piedad ni compasión para destruirlos.»Jeremías 19:11
¿Qué Dios hace lapidar a un hombre por recoger leña en sábado?

Yavé, según la Biblia, ordenó el apedreamiento de un hombre porque recogía leña en shabbat. ( Números, El capítulo 15 (versículos 32 a 37) dice textualmente: «Cuando los israelitas estaban en el desierto, se encontró a un hombre que andaba buscando leña en día de sábado. Los que lo encontraron buscando leña lo presentaron a Moisés, a Aarón y a toda la comunidad. Lo pusieron bajo custodia, porque no estaba determinado lo que había que hacer con él. Yavé dijo a Moisés: "Que muera ese hombre. Que lo apedree toda la comunidad fuera del campamento." Lo sacó toda la comunidad fuera del campamento y lo apedrearon hasta que murió, según había mandado Yavé a Moisés.»)
Fuente: De la Saga de Libros Caballo de troya, del escritor Juan José Benitez.

Continuaremos el tema de Yave en una cuarta parte.

Atentamente: Simón Guardia
Desde: Caracas, Venezuela

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