El Destino
El Destino es un tema que siempre surge en la conversación cotidiana que tiene que ver con la espiritualidad y de la vida misma. Hechos que rompen totalmente el azar y que seguramente le haya pasado alguna vez en su vida cómo para plantearse la posibilidad de que las cosas pueden estar sujeta a una inteligencia, tal que pudieramos cuestionar un poco nuestro real libre albedrío en aquello que tenemos a nuestras manos, cómo también en aquellas cosas que están totalmente fuera de nuestro alcance pero que, por los movimientos y circunstancias de la vida, nos termina pasando con un resultado determinado siempre.
Si volvemos la vista hacia atras, a nuestro pasado, podemos encontrar que varias de las cosas que hemos logrado o perdido fue gracias a posibilidades únicas en la vida y solo pudieron darse de esa manera el estar presentes en ese instante, solo en ese instante, ni un segundo mas ni un segundo menos, ni un dia mas ni un dia menos... por fortuna o por desgracia.
Una persona conocida que ahora es nuestro mejor amigo. Un trabajo que apenas durante unos meses asististe pero fue vital para alcanzar otras cosas. Un día no planeado pero que al finai terminó en una tragedia. Una tardanza para llegar a un sitio pero luego nos enteramos que ese viaje no era para nosotros y terminamos diciendo: "¡uf! ¡menos mal que no fui!". Las ya famosas sincronicidades dónde al pensar en una persona nos las encontramos de una u otra forma y, para colmo de todo pronóstico, se repiten una y otra vez. Y así un sin fin de cosas que si te pones a contarlas sacarás mas de una ocasión seguramente.
Esos pequeños detalles es lo que hasta ahora ha mantenido y mantendrá por muchos siglos la idea del Destino, ya que sentimos que las grandes cosas que nos pasa en nuestra vida no deben estar sujeta al azar y que todo está mas ordenado de lo que se piensa.
Si lo pensamos de la manera más fría posible podemos llegar a la conclusión de que todo esto se debe a la misma organización del cual la sociedad se rige. Pero todo esto se vuelve mas complejo a la hora de incluir en la ecuación a la Divinidad y a Dios mismo. Inevitablemente sale a la luz el hecho del Propósito y del Sentido.
Que si Dios es un Creador entonces sus creaciones no están sujetas a la colisiones accidentales en el espacio o procesos del caos en el proceso evolutivo sino que es una evolución inteligentemente vigilada para fines que estarían mas allá, en las fronteras del Espíritu. Que al final las decisiones de seres humanos recién llegados al cosmos no tendrían la capacidad de alterar el propósito de la humanidad pensado por un Ser infinito, lo contrario seria lo incongruente.
Los judíos enseñan algo llamado Tikún. Para finés prácticos significa : Propósito o misión de vida. Enseñan que hay dos clases de tikún: el de reparación, del cual la mayoria se encuentran, los que se dejan llevar por la cotidianidad de los efectos y repiten los errores y las maldades una y otra vez. O simplemente viven día a día sin pensar en alguna clase de trascendencia en sus vidas o las de otros.
El segundo tikún seria semejante al altruismo o servicio: es cuando la persona nace se nuevo por voluntad decide ejercer acciones para motivar en otros pequeños cambios, generados desdes su consciencia y luz interna. Que la vida mas que acumular cosas es una experiencia para practicar en los demas y en uno mismo las dos Leyes principales: Amor a Dios con todo su Ser y amar al prójimo como así mismo. Aunque siga teniendo errores sabe que su Destino no queda para este mundo sino que siente y ha experimentado que hay una realidad espiritual que envuelve la vida física y aprende a Confiar y hacer la Voluntad del Padre. Es por ello que busca el Reino en primera instancia (primero en si mismo, en el autoconocimiento). No es necesario que precise de una religión, que independientemente de ella ha podido activar su consciencia. Por factores culturales casi todos estamos inmersos en una religión o doctrina por la crianza , pero en cuestiones de la consciencia no es indispensable la religión, solo cómo impulso para avanzar.
Todo esto lo enseña con mas precisión la kabbalah del cual ya le hicismo dos artículos a modo de introducción.
Pero por ahora , desde nuestra perspectiva sigue siendo un misterio y es por experiencia personal que podemos aproximarnos si todo esto tiene alguna realidad. Desde la perspectiva humana los grandes hechos y acontecimientos lo siguen manejando los hombres de poder y de influencia en el mundo. Los detalles, los hechos que no tienen tanta repercusión pública , quedan para las conversaciones cotidianas y la cultura de los pueblos.
Y es ahí precisamente que salen a relucir tantos detalles que cada dia resucitamos la idea de que hay un Destino y una Providencia dispuesta pero que solo sería percibida para el buscador interesado en estas cosas que no se cuentan en la televisión.
Reflexión:
Pero el Destino no permite que un ser humano languidezca o quede sepultado para siempre en la confusión. Y por los caminos y en los momentos más insospechados se destaca una mano, una voz, un amigo o una idea que te devuelve el ánimo, y, lo que es más importante, la esperanza.
Pero las circunstancias son las circunstancias y, en ocasiones, es preferible acomodarse a ellas, jugando las siempre insólitas cartas del Destino.
La Providencia, el destino, esa Superinteligencia que todo lo controla -poco importa el nombre actúa sin actuar.
Es tan sutil que el torpe corazón humano raramente se percata de sus certeros susurros. Y cuando sobrevienen los acontecimientos, la mayoría de los hombres atribuye los, a veces, alambicados desenlaces a la «casualidad
» Creo recordar que fue mi admirado Julio Veme quien escribía que esa palabra constituye la más agria calumnia
contra Dios... En todo caso, parafraseando al genial autor del capitán Nemo, «es Dios quien, burlón, gusta disfrazarse de "azar"»
La Providencia sabe y, «casualmente», conduce nuestros pasos.
El gran Esquilo escribió con sabiduría:
«Nadie alcanza a abatir la fuerza del destino.»
Una de las muchas diferencias entre el inmortal autor del Prometeo encadenado y este piloto de la USAF es que yo, ahora, escribo la palabra Destino con mayúscula...
Ese Destino es el auténtico «quinto jinete» del Apocalipsis.
¡Cuán sutil es el Destino! ¡Extraño Destino! Más adelante
aprendería a llamar a las cosas por su nombre...
Demos a cada día su afán. Ya sabes que el Destino juega con las cartas marcadas para nosotros: ingenuos y confiados.
Son sus extrañas «artes». Los enigmáticos hilos. Limpia y
magistralmente, abres las puertas del enigma. Por el camino más insospechado. En efecto, hacía tiempo que nos esperaba.
El Destino sabe siempre lo que hace. Se empeña en mostrarnos la otra «cara». Dejaría el asunto en el lugar que correspondía.
¿quién te dice que nosotros, pobres diablos, sentimentales, somos capaces de modificar el Destino?
Ese Destino, al que tú, ahora, quizá con razón, distingueso con una merecida mayúscula, no lo hubiera autorizado...
Algún día, si el Destino lo tiene previsto, volveremos a encontrarnos. No convenía rebelarse contra el Destino. no debíamos forzar el Destino (con mayúsculas). Era mejor así. Estaríamos atentos, por supuesto, pero dejaríamos correr los acontecimientos. En el fondo, el hecho de no saber resultaba electrizante.
Repasé los planes inmediatos y también los futuros. Mejor dicho, los supuestamente futuros.
Fue imposible. La imagen se había colado en mi mente y, lo que era más preocupante, en mi corazón. Honradamente, me desbordó.
Y por una vez en mi triste y solitaria vida decidí «confiar», tal y como repetía el Maestro.
Fue instantáneo.
Al permitir que el Destino siguiera su rumbo, una paz interior tomó tierra en mi espíritu y todo, a mí alrededor, apareció distinto.
¿Era a esto a lo que se refería el Hijo del Hombre cuando hablaba de «dejarlo todo en las manos de Abbá»?
«Que se haga siempre tu voluntad...»
Fue una decisión acertada. Durante un tiempo, a mi manera, fui feliz. Intensamente feliz.
El Maestro Insistiò: vuestro destino es Él. No hay otra dirección. Vuestro futuro es llegar a Él. Ser como Él. Ser perfectos. Conocerle. Trabajar hombro con hombro...
El Destino se ocuparía del resto... ¿El Destino? ¿De qué hablaba? Era Él el que gobernaba. Es el Destino el que dispone. Nosotros sólo cumplimos lo «contratado».
Es el ojo del Destino. Sólo unos pocos aciertan a saber que está ahí... Pero, atención: el hombre que lo descubre necesita de todas sus fuerzas para seguir en la lucha.
Si los cielos descubren tu Destino —suceso bien extraño, por cierto—, eso significa que eres un fiel practicante de lo que yo
llamo el «principio omega»: hacer la voluntad del Padre de los cielos. En ese caso, la revelación de tu Destino sólo será la consecuencia —una más— de tu propia elevación espiritual. ¿Qué puede importar lo grande, si eres un kui (un buscador)?
Desde aquel instante, desde el «descubrimiento» de la otra cara de Omega, me he mudado al territorio de la intuición. Ahora procuro vivir al sur de la razón.
Escribe recto con renglones torcidos. Destino me reveló. Lo tenía minuciosamente previsto. Era imprevisible. Mejor así. El hombre no aprende de sus errores, porque lo que cuenta no es aprender.
Ahora, al poner en orden estas memorias, me sorprendo una y otra vez. Nosotros, científicos, terminamos confiando en el Destino. Pocos lo creerán. ¿Qué importa? Yo sé que fue cierto. Con eso basta. Aprendí tarde, pero aprendí: en la vida conviene escuchar los susurros de la intuición. La lógica y la razón son mensajeros. Sólo eso.
¿Qué entiendes por sabio?¿Qué sabes de ti mismo?¿Sabes de dónde vienes, por qué estás aquí y cuál es tu destino?
Muy pocos alcanzan a descubrirlo. ¡Y pobre del que lo haga!
Sí, el hombre lucha hasta que le llega ese momento. Si una de las verdades le sale al paso y lo hace sabio, ¡adiós! Nada será igual... El hombre pelea hasta que los cielos le descubren su destino...
La verdadera sabiduría, la que informa sobre uno mismo, termina apartándote. Como te digo,nada es igual a partir de esos momentos. Sabes pero no debes proclamar.
Resulta difícil de concebir. La verdadera
sabiduría aparta. Cada cual hará bien en ocuparse del agua de su propio pozo. Es el Destino el responsable de llenarlos o vaciarlos, según... Sólo el que ha recibido esa revelación entiende lo que te digo.
Aunque lo más exacto sería hablar de la verdad... Es la posesión de cualquiera de ellas la que aparta.
¿Sabiduría y verdad son la misma cosa?
Sí, por eso el que «sabe» no levanta la voz. Por eso las verdades no deben ser proclamadas...
Eso no parece justo...
Te lo dije: las verdades son incendiarias. Deja hacer su trabajo al Destino. No interfieras. Cadacual tiene marcada su hora. Insisto: no pretendas sacar agua de dos pozos a la vez.
Crees que yo estoy proclamando tu verdad...
Pero no estoy proclamando, querido...
Yo susurro
Y el Destino, estoy seguro, escuchó mis pensamientos. Después, como siempre, actuó según su criterio. Pero no adelantemos los acontecimientos. Es preciso ir paso a paso.
¿El Destino? Tenía razón.
El Maestro se cansó de repetirlo: hacer la voluntad del Padre, ése es el secreto de la vida.
El Destino me proporcionó las respuestas adecuadas, de forma inmediata, y con su peculiar «estilo»...
Pero èl es previsor. ¿Cuándo aprenderé?. Es «personaje» inevitable y enigmático,
Un «reino» del espíritu, que sólo podíamos intuir mientras permaneciéramos en la materia. El «reino» del Padre, el que nos aguardaba después de la muerte: el gran objetivo, el único, el verdadero...
Ese era nuestro destino: un camino circular.
Habíamos partido de Ab-ba y a Él volveríamos, inexorablemente, una vez cubiertas las prodigiosas aventuras de la vida y de la ascensión por los mundos del «no tiempo» y del «no espacio».
La «chispa» es el «piloto» del alma inmortal. Ella gobierna en el silencio, y en la profundidad de las emociones. Ella es la
fuente de los sentimientos. Ella es la que susurra la piedad, y la que inspira la confianza. Ella es la intuición, la mirada
del Padre. Ella es el cristal que te permite distinguir la belleza. Ella es el Espíritu que te mueve hacia los territorios de la generosidad.
Ella es la voz que confundimos con la conciencia.
¿Desde cuándo la mente tiene voz? Ella mantiene el rumbo de tu destino, aunque no lo comprendas, ni lo aceptes. Ella, finalmente, te dejará el timón cuando la descubras: cuando comprendas.
Lo primero que debes aprender esta noche es que ningún tikkún es reprobable.
Cada persona, una misión. Cada ser humano, un Destino.
Es un orden que escapa a mi corto entendimiento, pero que acepto, porque la información nació de Él.
Todos movidos por el Destino
No tuve que seguir dudando. El Destino, efectivamente, lo tiene todo escrito...
Utiliza los símbolos. Él los deja caer, intencionadamente. No analices. Siente. Estás aquí para experimentar la vida y el tiempo. Dios quiere que pienses, sí, pero,especialmente, que sientas...
Los símbolos te ayudarán a descifrar las oscuridades de la vida... Ellos revelan, velando, y velan, desvelando... Ellos son la explosión del Uno hacia el Todo... Ellos son la puerta del Reino... Y después, cuando abandones la materia, tú serás un
símbolo...
Aprende a disfrutar de cada momento. Saber hacer tuyo lo que te presente el Destino— El «después» o el «mañana» no cuentan; no, al menos, con el mismo peso que para el resto de los mortales.
La operación prohibía cualquier tipo de intervención que pudiera modificar el Destino de una persona.
El Destino no es lo que parece, ni actúa como creemos.El Destino de las personas no depende del azar, ni tampoco de nuestras actuaciones u omisiones.
Ésa es la creencia general, pero no es cierto. El Destino dispone de sus propios mecanismos y nada es capaz de alterar lo que está diseñado.
Malki Sedee lo anunció hace miles de años atrás: «Y llegará el día, venturoso, en que un Bar Nasa ("Hijo de Hombre") abrirá los ojos de los humanos y les hará comprender que son hijos de un Dios, que son inmortales (suceda lo que suceda), y que su destino es un reino espiritual; su verdadera patria.»
Este nuevo reino alado es semejante a una semilla que crece en tierra fértil. Necesita tiempo para que desarrolle... Lo mismo sucede con lo que estoy anunciando...
Y llegará el día que se cumplirá el mandato de Ab-bá: seréis perfectos como El es perfecto..«Pero no aquí ni ahora...»
Revelar esta buena nueva. No aumentar las cargas...nada a cambio... Sólo confianza en el Padre... Vuestro destino es espléndido, pero no lo sabéis... No penséis en ejércitos marchando... No es ése el plan del Padre... No penséis en derrocamientos, ni en sublevaciones, ni siquiera en e!quebrantamiento del yugo de los cautivos... Os hablo de otra cosa...
Èl nos lo ha dicho: Su reino no es de este mundo...»
«Ese reino es eterno. En su momento llegaréis a la presencia del Santo. Sois sus hijos, no lo olvidéis...
todos los hombres tienen el mismo origen y, por supuesto, idéntico destino; lo que cuenta es la búsqueda del Padre (el resto aparece por añadidura y como consecuencia del Amor = acción); todos seremos santos (perfectos) (mañana); ese reino está en el interior del ser humano (desde la edad de cinco años)...
El reino de ese Padre no hay grados, salvo los obtenidos por la experiencia, o porque Ab-bá así lo decide... El Padre no
discrimina entre sus criaturas... Todos sois iguales porque todos sois imaginados por Él..
No he venido a cambiar la Ley, sino a mejorarla. En el reino de Ab-bá no hay hombres o mujeres, no hay judíos o gentiles, no hay hombres libres o esclavos... Todos son ricos. Todos son iguales a los ojos del Padre. Todos son mis hermanos.
Todos sois hermanos.
Todos sois hijos de un Dios. Todos sois inmortales por naturaleza. Todos habéis recibido la heredad antes de abrir los ojos a la vida... En consecuencia, no os negaréis a partir el pan con los mestizos, o con los fariseos, o con los kiltim (soldados), o con los esclavos, o con las mujeres...
Retirar el velo del miedo...
¿Por qué no conocemos nuestro Destino?
Son las reglas del juego...
Ellos nos ayudan a iluminar el Destino, y en definitiva, son la llave que abre la mente a lo desconocido.
Era mi Destino. Ahora lo sé.
Mi «Tikkún»...
Confiad... El Padre sabe.
Todo, en la vida, sucede por algo bueno..., incluso lo malo.
Relatos de un supuewto militar desconocido, que el Destino se le revelò en su momento.
" Pocos lo creerán. ¿Qué importa? Yo sé que fue cierto. Con eso basta. Aprendí tarde, pero aprendí"
Fuente de la reflexión: de la saga Caballo de Troya de J.J.Benitez .
Atentamente: Simon Guardia
Desde: Caracas, Venezuela.
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