Hacer la voluntad del Padre.




Muchas religiones y enseñanzas de misterio relatan en buscar y hacer la voluntad del Padre.
En realidad es una sentencia muy general y extraña incluso en un inicio ya que inmediatamente vienen muchas preguntas cómo:

¿Cuál es la voluntad del Padre? 
¿Dónde puedo encontrar esa voluntad que se quiere hacer?
¿Significa sumisión de nuestra decisiones en pos a un plan divino para nosotros?
¿La podemos encontrar en un libro en específico?
¿Hacer la voluntad de Dios a pesar de las incertidumbres de la cotidianidad?

Para el siguiente artículo hemos escogido nuestras tres fuentes de información para ampliar la gran enseñanza que el Maestro Jesús nos dejó a cada creyente, tomando en cuenta que tanto caballo de troya como en el libro de Urantia amplía de una manera considerable las enseñanzas ya dadas en la biblia.
La finalidad de todo esto es que puedan tener una extensión mas completa de este tema.
Y se pueda concretar una idea con respecto a esto ya que se puede volver muy ambiguo, ya que precisamente las religiones usan esta enseñanza para decirle al creyente:

"La voluntad de Dios se encuentra en su palabra la Biblia. No tienes que dudar de ella ya que no hay contradicción alguna entre sus páginas. Limítate a leer y seguir las enseñanzas de la biblia ya que es el único libro autorizado por Dios para revelar sus divinos designios; cualquier desviación de pensamiento o de intención hacia otros textos es considerado anatema y estrategia del diablo para desviar a los que creen en Dios y se confundan con sus propias filosofías erradas"

... Y toda una vasta de justificaciones para avalar el hecho de una supuesta autoridad religiosa con respecto a los temas de Dios. Pero en otros artículos hablaremos con amplitud de muchos factores para entender e ir desarticulando ciertos discursos que solo sirven para someter y adoctrinar al creyente a seguir órdenes de un libro, en vez de indagar y buscar al Espíritu que le habita.

A continuacion una recopilacion completa sobre Hacer la Voluntad del Padre:

Fuente 1: La biblia



>Jesús les dijo: Mi comida es hacer la voluntad del que me envió y llevar a cabo su obra.
>Yo no puedo hacer nada por iniciativa mía; como oigo, juzgo, y mi juicio es justo porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.
>¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos? He aquí mi madre y mis hermanos. Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano, y hermana, y madre.
>Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios; tu buen Espíritu me guíe a tierra firme.
> Porque la creación fue sometida a vanidad, no de su propia voluntad, sino por causa de aquel que la sometió, en la esperanza.
>me deleito en hacer tu voluntad, Dios mío; tu ley está dentro de mi corazón.
>Venga tu reino. Hágase tu voluntad, así en la tierra como (lo haces) en el cielo.
>Si alguien quiere hacer su voluntad, sabrá si mi enseñanza es de Dios o {si} hablo de mí mismo.
>Y no os adaptéis a este mundo, sino transformaos mediante la renovación de vuestra mente, para que verifiquéis cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, aceptable y perfecto.
>Más bien, {debierais} decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello.
>Y el mundo pasa, y {también} sus pasiones, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.
>no para ser vistos, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, haciendo de corazón la voluntad de Dios.
>pero el que guarda su palabra, en él verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado. En esto sabemos que estamos en El.
>No quites jamás de mi boca la palabra de verdad, porque yo espero {en} tus ordenanzas.
>Así, no es la voluntad de vuestro Padre que está en los cielos que se pierda uno de estos pequeñitos.
>dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para vosotros en Cristo Jesús.

(Pueden copiar y pegar en el buscador si quieren saber con exactitud el libro, capitulo y versículo de cada cita)


Fuente 2: Operación Caballo de troya

El Hijo del Hombre sólo ha venido para transmitir la voluntad del Padre: ¡que sois sus hijos!. conservad la paz -dia a dia, cada dia- es Un día más para hacer la voluntad del Padre y experimentar la alegría de saber que somos sus hijos.
Recordad que estáis encargados de predicar este evangelio con supremo deseo de hacer

la voluntad del Padre, junto con la alegría suprema de la realización de la fe de ser hijos de Dios y no debéis dejar que nada desvíe vuestra atención. Haced que toda la humanidad se beneficie del desbordamiento de vuestro amante ministerio espiritual, iluminando la comunión intelectual e inspirando el servicio social. Pero ninguna de estas humanitarias labores deben ocupar el verdadero objetivo de vuestros corazones: proclamar el evangelio.

Aunque este evangelio del reino nunca deja de traer gran
paz al alma del creyente, no traerá paz a la Tierra hasta que el hombre se muestre deseoso de creer en mi enseñanza con todo su corazón, estableciendo la práctica de hacer la voluntad del Padre como el propósito principal de toda vida mortal.”

Tanto si tu ministerio es largo o corto, conserva tu alma en paz. Cuando el nuevo maestro venga (el Espíritu de la Verdad), deja que te enseñe el equilibrio de la compasión y esa amable tolerancia que nace de la sublime confianza en mí y en la perfecta sumisión a la voluntad del Padre. Dedica tu vida a demostrar afecto humano y dignidad divina combinados. Y todos los que vivan así revelarán el evangelio.

En todo el universo, cada unidad es considerada como una parle del todo. La supervivencia de la fracción depende de la cooperación con el plan y la intención del todo, del deseo sincero y del con sentimiento perfecto de hacer la divina voluntad del Padre. Si existiese un mundo evolucionario sin error, sin posibilidades de juicios imprudentes, sería un mundo sin inteligencia libre. En mi universo hay mil millones de mundos perfectos, con sus habitantes perfectos, pero es preciso que el hombre en evolución sea falible, si de verdad desea ser libre. Es imposible que una inteligencia libre y sin experiencia sea uniformemente sabia a priori. Pero no confundáis error con pecado. La posibilidad de juicio erróneo sólo se vuelve pecado si la voluntad humana asume y adopta conscientemente un juicio inmoral intencional.

-¿Y cuál es tu religión?
-Os lo he dicho: hacer la voluntad del Padre. Entregarse generosamente al amor y a la apasionante aventura ,de la búsqueda personal de Dios. Yo no deseo credos ni tradiciones que fosilicen el alma humana. Los que acepten mi mensaje jamás serán dogmáticos. Son las metas (no los credos) las
que deben unir a los hombres. Y la que yo os he revelado es ligera y cristalina: llegar al Padre. Hacer su voluntad. Descansar en Él. -En verdad os digo -sentenció con los ojos radiantes por la esperanza que el futuro del mundo es espléndido. Las tribulaciones pasarán. Y llegará el día en que los hombres olvidarán rencillas y oscuros intereses. Ese día, las naciones de la Tierra, como un solo pueblo, aceptarán el doble mensaje que os traigo: que el Padre existe y que todos sois hermanos. Vuestro destino es la luz. Y nadie os arrebatará ese derecho. Entonces, sólo entonces, hallaréis la paz. Para llegar a eso debéis aprender primero a gozar de los privilegios sin abusar de ellos, a disponer de la libertad como de un delicado recipiente de cristal que conviene manejar con delicadeza y a poseer el poder, rehusando utilizarlo para ambiciones personales. Tales son los indicios de una «Humanidad avanzada».

»Lo que quiero decir es que, a veces, nuestra voluntad no siempre coincide con la suya. Pero Él sabe bien lo que te conviene. Hacer la voluntad del Padre -siempre, a cada instante, aunque no la comprendamos- es el pequeño-gran secreto para vivir en paz. Mi riqueza, es hacer la voluntad del Padre.

                             

«El Espíritu de la Verdad nos ha visitado. Pues bien, ¿no comprendéis que uno de sus propósitos es purificar las almas y despejar las mentes? ¿No entendéis que, a partir de ahora, nuestro trabajo se resume en hacer la voluntad del Padre?» « ¿Qué más gloria, sabiduría y triunfo podéis esperar?»

-¿Sabéis cuál es el mejor regalo que podéis hacerle?
El más exquisito, el más singular y acertado obsequio que la criatura humana puede presentar al Jefe es hacer su voluntad. Nada le conmueve más. Nada resulta más rentable...
-¿Quieres decir que debemos negarnos a nosotros mismos?
-No, yo no he dicho eso. Hacer la voluntad del Padre no significa esclavitud ni renuncia. Tus ideas son tuyas. También tus iniciativas y decisiones. Hacer la voluntad de Ab-ba es confiar. ¡Es un estilo de vida. Es saber y aceptar que estás en sus manos. Que Él dispone. Que Él dirige. Que Él cuida.
-Entiendo. Estás diciendo: «es mi voluntad que se haga su voluntad».
-Exacto, Tú lo has dicho. Cuando un hijo adopta esa suprema y sublime decisión, el salto hacia la fusión con la «chispa» interior es gigantesco. Ésa es la clave. A partir de ahí, nada es igual. La vida cambia. Todo cambia. Y el Jefe responde... -El Padre responde y una fuerza benéfica, arrolla-dora, se pone al servicio de esa criatura. Cuando el hombre dice «estoy en tus manos» lo da todo. Y Ab-ba convierte a ese hijo en un gigante. Ni él mismo llega a reconocerse. Es mucho más de lo que aparentemente es. Ese hombre, el que decide hacer la voluntad del Padre, se llena. Hasta sus más pequeños deseos se ven cumplidos. Sencillamente, como os he dicho, despierta a la gloria y al Amor de Ab-ba. Es el gran hallazgo. Su vida, a partir de ahí, es una continua y gratificante sorpresa. Es el principio de la más fascinante de las aventuras. Ponerse en sus manos, hacer la voluntad de Ab-ba significa, además, saber...
-¿Saber?
-Sí, saber. Obtener respuestas...
-Querido, si decides ponerte en sus manos, si optas por
hacer su voluntad... ¡ya eres su socio! Él hará en ti maravillas. Él te cubrirá con un Amor que te levantará del suelo. Y tus miedos, escucha bien, desaparecerán...
Si tu corazón se abre y se hace aliado de la vida, si te abandonas a su voluntad, nada, dentro o fuera de ti, te hará temblar. Como un prodigio, tu alma caminará segura. Nada, querido ángel, ¡nada te hará retroceder! Y esa sensación, ese sentimiento de seguridad te escoltará hasta el fin de tus días.
«Pero no os equivoquéis. Al mismo tiempo que ese afortunado hombre crece, así desaparece...
Es fácil, querido. El Amor que se derrama desde el Padre es turbulento. No sabe del reposo. Y deberás irradiarlo. Compartirlo. Catapultarlo. No es de tu propiedad. Pues bien, un día, sin previo aviso, caerás en la cuenta de algo igualmente maravilloso: ¡no existe!, ¡has desaparecido para ti mismo! ¡No cuentas! ¡No exiges! ¡No precisas! ¡No reclamas!
-¿Si me guardo ese Amor para mí mismo?
-Escurriría, sin remedio, por la sentina del buque. Sería una lástima. Tendrías que empezar de nuevo... Aquel que intenta encarcelar la verdad..., la pierde.
Sois hermanos. Y te diré más: eso que propones no sucede jamás en un auténtico «socio». Te lo dije: se trata de un viaje sin retorno. Si Él te «toca»... nada es igual.
-¡Socios de un Dios!
-En efecto, Y todo depende de tu voluntad... Si dices «sí», si te abandonas en sus manos, si te dejas gobernar por ese «piloto» interior, romperás las barreras que te limitan. Y tu capacidad de asombro será desbordada una y otra vez. Todo, a tu alrededor, estará a tu servicio. Tú «sí» es el «sí» de Ab-bá. En palabras sencillas: habrás encontrado una mina de oro...

Pues bien, llega un momento en el que la criatura humana, experta ya en esa «gimnasia» de entregarse a la voluntad del Padre, toma la decisión de consagrarse «para siempre». Y lo hace tranquila y serenamente, y elige para ello el instante que estima oportuno. Se trata de un momento de auténtica elevación espiritual, en el que el hombre, o la mujer, sencillamente, se entregan al Padre. Es un rito íntimo, el mejor «regalo» que podamos imaginar...

Si los cielos descubren tu Destino —suceso bien extraño, por cierto—, eso significa que eres un fiel practicante de lo que yo llamo el «principio omega»: hacer la voluntad del Padre de los
cielos. En ese caso, la revelación de tu Destino sólo será la consecuencia —una más— de tu propia elevación espiritual.
A partir de ese prodigioso momento, cuando el ser humano se entrega a la voluntad del Número Uno, la voz de la «chispa» deja de ser un susurro. Y la esperanza, al fin, se convierte en huésped permanente del alma. Es un anticipo de la «gran aventura»...

Deja que se haga la voluntad del Padre, abandónate en sus manos, acurrúcate en la chispa. Ella hará el resto. Acepta que eres un hijo de Dios y que nada cambiará esa realidad-regalo. La chispa, entonces, trabajará y tú percibirás el cambio, poco a poco. El miedo, como te decía, desaparecerá. Ya no te acobardarán las dificultades, ni concederás tanta importancia a las angustias propias de la vida en la materia. El dolor y el sufrimiento llegarán, pero no te derribarán. La vejez no te asustará.
Nada podrá ya atemorizarte. Serás libre, al fin. Estarás en el camino del reino...


En el reino futuro deberéis aprender a hacer la voluntad del Padre, y no a satisfacer vuestras ansiedades.
La dedicación a la buena nueva requiere un gran esfuerzo.
Estoy aquí para hacer la voluntad de Ab-bá — manifestó — . No para hacer vuestra voluntad. Somos heraldos de lo invisible. No lo cambiéis por lo humano. Dejad que el mundo resuelva sus asuntos. Limitaos a señalar el camino que, inevitablemente, recorrerá cada ser humano después de
su peregrinaje por la vida. Eso es lo importante.

Atended mi mensaje: ¡fuera el miedo!... ¡El que hace la voluntad de Ab-bá no volverá a caminar en tinieblas!
Abandonaos a la voluntad de Ab-bá y se hará la luz en vuestras mentes...


Yo, ahora, os ofrezco un yugo ligero. Hacer la voluntad de Ab-bá es la verdadera Pesa h... ¿No os habéis dado cuenta de que la palabra «sacrificar» (hiqriv) también se puede usar para decir « acercar» (qerev)l Acercaros con amor a vuestro prójimo y la unidad con Ab-bá se os dará por añadidura.
El verdadero corbán (« sacrificio» ) es la aproximación al Padre... ¡Y Él ya está en vosotros! ¿Comprendéis por qué digo que la auténtica Pesah (Pascua) es Ab-bá? Acercaos a Él y habréis inmolado el mejor de los sacrificios... Os
recuerdo el salmo del rey David: «... Mi bien es estar apegado a Dios». Aquel que confía, aquel que se entrega a la voluntad del Padre, nunca más volverá a experimentar el miedo.

¡Padre, recíbeme!
Me consagro a ti ahora, en el tiempo,
y mañana, en el no tiempo.
¡Padre, recíbeme!
Consagro mi voluntad a la tuya,
aunque no comprenda.
¡Padre, recíbeme!
Sé que me habitas.
Me arrodillo y proclamo tu bellinte.
Llévame de la mano.

El hombre estaba siempre sujeto a la voluntad del Padre. Él debía preocuparse, no de su seguridad, sino de algo más sublime: despertar al mundo a la realidad de otra realidad...

Mi voluntad es que se cumpla la voluntad del Padre.
El Maestro se cansó de repetirlo: hacer la voluntad del Padre, ése es el secreto de la vida.

Fuente 3: El Libro de Urantia



Pero la mente de estas criaturas evolutivas tiene su origen en los universos locales, y debe conseguir la perfección divina llevando a cabo aquellas transformaciones experienciales de alcance espiritual que se producen inevitablemente cuando la criatura elige hacer la voluntad del Padre que está en los cielos.

Si un hombre mortal está motivado de manera sincera y espiritual, consagrado sin reservas a hacer la voluntad del Padre, entonces, puesto que está dotado espiritualmente de forma tan cierta y tan eficaz de un Ajustador divino interior, no puede dejar de materializarse en la experiencia de ese individuo la conciencia sublime de conocer a Dios y la seguridad celestial de sobrevivir para encontrar a Dios mediante la experiencia progresiva de volverse cada vez más semejante a él.

A cabo aquellas transformaciones experienciales de alcance espiritual que se producen inevitablemente cuando la criatura elige hacer la voluntad del Padre que está en los cielos

El hombre está habitado espiritualmente por un Ajustador del Pensamiento que sobrevive. Si esa mente humana está sincera y espiritualmente motivada, si ese alma humana desea conocer a Dios y volverse semejante a él, si quiere hacer honradamente la voluntad del Padre, no existe ninguna influencia negativa de privaciones mortales ni ningún auténtico poder de interferencia posible que pueda impedir a ese alma divinamente motivada ascender con toda seguridad hasta las puertas del Paraíso.

El hombre mortal puede acercarse a Dios y alejarse repetidas veces de la voluntad divina durante tanto tiempo como conserve su poder de elección. El destino final del hombre no se decide hasta que ha perdido el poder de elegir la voluntad del Padre. El Padre no cierra nunca su corazón a las necesidades y a las súplicas de sus hijos. Es su progenitura la que cierra su corazón para siempre al poder de atracción del Padre cuando pierde final y definitivamente el deseo de hacer su voluntad divina — la de conocerle y ser semejante a él. El destino eterno del hombre está igualmente asegurado cuando su fusión con el Ajustador proclama al universo que este ascendente ha hecho la elección final e irrevocable de vivir la voluntad del Padre

Los actos morales son las acciones humanas caracterizadas por la inteligencia más elevada, dirigidas por una diferenciación selectiva tanto en la elección de los fines superiores como en la elección de los medios morales para alcanzar dichos fines. Una conducta así es virtuosa. La virtud suprema consiste pues en elegir de todo corazón hacer la voluntad del Padre que está en los cielos.

A pesar de este doble desastre para la naturaleza del hombre y su entorno, los mortales de hoy en día experimentarían menos esta guerra aparente entre la carne y el espíritu si quisieran entrar en el reino del espíritu, donde los hijos de Dios por la fe disfrutan de una liberación relativa de la esclavitud de la carne mediante el servicio iluminado y liberador de la devoción sincera a hacer la voluntad del Padre que está en los cielos.

El desarrollo espiritual depende, en primer lugar, del mantenimiento de una conexión espiritual viviente con las verdaderas fuerzas espirituales y, en segundo lugar, de la producción continua de los frutos espirituales, ofreciendo a vuestros semejantes la ayuda que habéis recibido de vuestros
benefactores espirituales. El progreso espiritual está basado en el reconocimiento intelectual de nuestra pobreza espiritual, unido a la conciencia personal del hambre de perfección, el deseo de conocer a Dios y de parecerse a él, la intención sincera de hacer la voluntad del Padre que está en los cielos.

Dios es el primero que ama al hombre y le confiere el potencial de la inmortalidad — la realidad eterna. A medida que el hombre ama a Dios, el hombre se vuelve eterno en manifestación. Y he aquí un misterio:
cuanto más estrechamente se acerca el hombre a Dios a través del amor, mayor es la realidad — la manifestación — de ese hombre. Cuanto más se aleja el hombre de Dios, más cerca se aproxima a la no realidad — al cese de la existencia. Cuando el hombre consagra su voluntad a hacer la voluntad del Padre, cuando el hombre da a Dios todo lo que tiene, entonces Dios hace que ese hombre sea más de lo que es.

La personalidad de la criatura mortal puede eternizarse mediante su identificación con el espíritu interior por medio de la técnica de escoger hacer la voluntad del Padre. Esta consagración de la voluntad equivale a llevar a cabo una intención real y eterna. Esto significa que la intención de la criatura se ha vuelto invariable en relación con la sucesión de los momentos; dicho de otra manera, que la sucesión de los momentos no presenciará ningún cambio en la intención de la criatura.
. Y así, la elección de la criatura más la elección de Dios se traducen en las realidades eternas de la unión interminable entre el espíritu de Dios y la naturaleza del hombre para el servicio perpetuo de los hijos de Dios y de su Padre Paradisiaco.

Alguna palabras de Jesús, según este libro:
*«la manera de vivir la vida celestial en la Tierra, sometiéndose diariamente a la voluntad del Padre celestial»

*El deseo de hacer la voluntad del Padre siempre ha de ser supremo en el alma y debe dominar la mente de un hijo ascendente de Dios.

*Cuando el hombre se asocia con Dios, grandes cosas pueden suceder, y de hecho suceden.

*En el reino venidero, no os preocupéis por las cosas que alimentan vuestra ansiedad, sino más bien interesaos en hacer solamente, en todo momento, la voluntad del Padre que está en los cielos.»

*En Toda situación Someter tus más pequeños deseos a la voluntad del Padre que está en el cielo y observar (tener) una vida diaria de confianza implícita.

*«Vuestra unidad espiritual implica dos factores, que siempre se armonizarán en la vida de los creyentes individuales: En primer lugar, poseéis un motivo común para una vida de servicio; todos deseáis por encima de todo hacer la voluntad del Padre que está en los cielos. Y en segundo lugar, todos tenéis una meta común en la existencia; todos os proponéis encontrar al Padre que está en los cielos, mostrando así al universo que os habéis vuelto como él.»

*La oración es el aliento del alma y debería induciros a perseverar en vuestro intento por descubrir la voluntad del Padre.

*Ninguno de nosotros puede hacer gran cosa por cambiar las dificultades de la vida, a menos que descubramos que el Padre que está en los cielos así lo quiere. Después de todo, todos estamos obligados a hacer la voluntad del Eterno. Si todos os pudierais curar de vuestras aflicciones físicas,
indudablemente os admiraríais, pero es aun más importante que seáis purificados de toda enfermedad espiritual y que os encontréis curados de todas las dolencias morales. Todos sois hijos de Dios; sois los hijos del Padre celestial. Las trabas del tiempo pueden parecer afligiros, pero el Dios de la eternidad os ama



Atentamente: Simón Guardia
Desde: Caracas, Venezuela

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